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Voluntarios al pie del cañón durante el temporal Filomena

Pese a las inclemencias meteorológicas ocasionadas por Filomena, los voluntarios continuaron con su gran labor, vencieron al frío y a la nieve para continuar repartiendo a diario las cenas desde el restaurante solidario Robin Hood.

“Ellos son un motor fundamental para nosotros y para las personas a las que atendemos”, comenta Blanca Díez, responsable de Voluntariado. Son personas que, sin esperar nada a cambio, regalan su tiempo, sus esfuerzos y su cariño desarrollando varios proyectos de la ONG. “ Han superado todos los obstáculos. Ni las inclemencias meteorológicas fueron un freno para ellos”, concluye Blanca. 

Durante el temporal Filomena la capital permaneció totalmente aislada. Caminar y hacer vida normal era prácticamente imposible. Sin embargo, los voluntarios vencieron las limitaciones generadas por los metros acumulados de nieve y hielo. El mismo padre Ángel llegó caminando desde la ermita de la calle Fuencarral y estuvo retirando nieve con una pala de la puerta de la iglesia de San Antón.

Los desayunos estuvieron más llenos que nunca. Llegaron donaciones de comida, de mantas, de café…

 


Los desayunos estuvieron más llenos que nunca. Llegaron donaciones de comida, de mantas, de café… Muchas personas utilizaron todo terrenos para poder llegar a la calle Hortaleza y hasta los taxistas se organizaron para transportar las donaciones hasta la iglesia o el Robin Hood.  Se dieron cafés y dulces, comida donada por el World Central Kitchen de Jose Andrés; se proveía a los usuarios de mantas, ropa de abrigo, guantes, calcetines, pantalones, chaquetas y jerseys. Todos tuvieron la oportunidad de pertrecharse ante Filomena. 

Ni la nieve, ni el frío, ni los árboles caídos… los voluntarios, las personas que necesitaban de nuestra ayuda, todos se acercaban cada mañana y cada noche para repartir comida a diario mientras durase el temporal porque era cuando más se necesitaba, cuando más difícil era salir y conseguir comida o abrigo. 

 
“No nos ha parado ni Filomena y eso que tuvimos que caminar hasta las calles más grandes, donde podían llegar las furgonetas, y cargar con todo entre la nieve. ¡Fue precioso!”
 

“No nos ha parado ni Filomena y eso que tuvimos que caminar hasta las calles más grandes, donde podían llegar las furgonetas, y cargar con todo entre la nieve. ¡Fue precioso!”, decía Irene, una de las voluntarias que presta ayuda en Robin Hood.