Mensajeros de la Paz recibe con mucho cariño y responsabilidad el gran legado que Justo Gallego dona a la ONG del padre Ángel. Un modesto agricultor, un hombre humilde y guiado por una fe inquebrantable que le ha permitido construir él solo y durante 60 años el gran proyecto de su vida: La Catedral de la Fe.
Justo Gallego ha sido el protagonista absoluto de Mejorada del Campo desde que decidiera comenzar la construcción de una ermita para la Virgen del Pilar en unos terrenos que heredó de su familia. Sin compañía alguna, salvo la de algunos viajeros itinerantes que, en su paso por Mejorada le echaban una mano, este hombre que huía de la vanidad, pasaba la vida buscando materiales reciclados, ladrillos rotos que nadie quería, y elementos que los demás desechaban para ir elevando hacia el cielo esa ermita que habría de convertirse con los años, en Catedral.
“Justo ha dedicado su vida a realizar esta preciosa catedral. Aquí está su obra para dar testimonio de su gran fe””,
padre Ángel.
“Justo ha dedicado su vida a realizar esta preciosa catedral. Se ha ido un hombre incansable en su tarea de servir a su promesa: primero le prometió una ermita a la Virgen María y según fue construyendo quiso ofrecerle algo mucho mejor, y aquí está su catedral para dar testimonio de su gran fe”, aseguraba el padre Ángel durante la misa homenaje que Mensajeros de la Paz le ofició en la iglesia de San Antón a los pocos días de su fallecimiento.
Yo le veía trabajar desde la ventana de mi casa y un día me dije, pues voy a ver si le echo una mano a este pobre hombre que lo está haciendo todo solo, y me quedé ya con él hasta el día que murió