“Ha sido un vuelo largo y todos están muy cansados, pero cuando se han encontrado con el padre Ángel y varias personas que les daban la bienvenida, han recuperado por un momento la sonrisa.”
“Nos decían que en España nos acogerían muy bien pero esto que nos hemos encontrado aquí es lo más cercano al Paraíso”.
“Había reservadas 70 plazas para familias de refugiados, pero se ha gestionado el traslado de muchos de ellos con familiares, por lo que, por suerte, quedan 50 plazas disponibles para futuros viajes humanitarios”
La Asociación Cueva Valiente ha sido la encargada de alojar a los refugiados con familias que ya tenían cierta experiencia por su historial con los niños enfermos de cáncer de Chernobil. Se trata de una asociación idónea para esta colaboración, ya que su actividad está directamente ligada a Ucrania. Se creó hace 25 años por el padre Valentín principalmente para ayudar a los niños: acoger a niños afectados por la explosión de la planta nuclear de Chernóbil; ayudar en Benin para la erradicación de la esclavitud infantil así como ayuda humanitaria en los horfanatos.
Su red de familias que recibieron durante muchos veranos entre 70 y 75 niños ucranianos ha sido la misma que ahora acoge a las familias del mismo país. Una experiencia que facilitará sin duda la adaptación a su nueva realidad en España.
“Las familias están contentísimas, deseando que vayan a sus casas para ofrecerles un hogar en el que puedan sentirse seguros”, dice el padre Valentín. Cueva Valiente ha desarrollado multitud de actividades humanitarias, sobre todo en el envío de alimentos dentro y fuera de España, en colaboración con Mensajeros de la Paz.
Se estima que más de 4 millones de personas se verán obligadas a huir de Ucrania como refugiados debido a la invasión rusa del país el pasado 24 de febrero, que se ha convertido en la mayor emergencia humanitaria en Europa desde la II Guerra Mundial.