“La única palabra que uno puede decir es gracias. Gracias a tantas personas que nos rodean y nos ayudan, porque la sociedad necesita gente capaz de acompañar, de tender la mano, de no mirar para otro lado”. Con estas palabras, nuestro querido Padre Ángel dio inicio a la III Cena Solidaria de Mensajeros de la Paz en Miami, una noche llena de emociones, compromiso y esperanza.

El pasado 10 de abril nos reunimos en Jungle Island con destacadas figuras del ámbito empresarial, cultural y social, todos unidos por una misma causa: apoyar los programas que desarrollamos tanto en Honduras —donde atendemos a más de 500 niñas y niños junto a sus familias— como en Miami, ciudad donde trabajamos codo a codo con la ONG Hermanos de la Calle para acompañar a personas en situación de sinhogarismo.

La conducción del evento estuvo a cargo de Rocío Sañudo-Limón, quien acompañó con entusiasmo cada momento de la velada. Nos sentimos muy agradecidos por contar, un año más, con la presencia de Chabeli Iglesias, que repitió como madrina del evento por tercer año consecutivo, y con nuestra querida Rosana, Mensajera de Honor y embajadora de la organización, quien nos regaló una actuación inolvidable. Como gesto muy simbólico, subastó la cejilla de su guitarra, una compañera fiel a lo largo de su carrera artística.

Uno de los momentos más emotivos de la noche lo vivimos durante las palabras de Telma Ortiz, quien compartió con todos una historia muy personal. Recordó su vínculo con Asturias y a su abuela Menchu, periodista, locutora y una de las primeras “mensajeras de la paz” de su familia. “Muchos años después, sigo viendo en el trabajo del Padre Ángel esa tarea increíble de dar una oportunidad a quienes casi han perdido la esperanza”, nos dijo. Y agregó con fuerza: “Él tiene todo lo que se necesita para cambiar realidades”.

La subasta benéfica fue otro de los momentos más vibrantes, gracias a la energía contagiosa del productor de cine Juan Antonio Casado. También el artista MRDRIP dejó huella, creando en vivo una obra que fue subastada con gran éxito al final de la gala.

Esta cena solidaria se enmarcó en un viaje del Padre Ángel y parte del equipo directivo de nuestra organización por Centroamérica, visitando varios de nuestros proyectos en El Salvador y Honduras. Nos llevamos el corazón lleno de esperanza y la energía renovada para seguir trabajando por quienes más lo necesitan. Cada persona que se sumó esta noche fue una chispa más de luz en este camino que recorremos juntos.