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‘Dos Cincuenta’: la solidaridad, una manera de vivir

Mensajeros de la Paz ha apoyado, desde sus primeros pasos, un corto cinematográfico que habla de cómo la solidaridad puede cambiar la vida. Este corto se llama Dos cincuenta y nace de la idea de su director y voluntario en Mensajeros de la Paz, Luis Jiménez. Gracias a la ayuda y a la voluntad de un equipo conformado con personas de la ONG, con sus voluntarios y con la empresa YELMO se hizo posible la realización de un evento en los Cines Ideal de Madrid: La proyección del corto, una actuación musical en directo y un coloquio posterior al que acudieran Fernando Jáuregui, Cándido Méndez, el padre Ángel y Luis Jiménez, para hablar de las personas sin hogar bajo el lema “¿Y si fueras tú?”.

Hace ya más de un mes que se produjo el evento en una de las salas del Cine Ideal, repleta de personas entre las que cabía estacar a la actriz Fedra Lorente, que hizo un cameo con aparición estelar en el corto. También es destacable la colaboración de Tito Cartechini, uno de los mejores bandeonistas del mundo, que ha compartido escenarios y grabaciones con grandes artistas como Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat, entre otros muchos. 

Mientras en la pantalla salían ya los créditos finales con el tema musical que forma parte de su banda sonora, los acordes del bandoneón comenzaron a sonar en la sala para acompañar a la guitarra y a la voz de Christian, uno de los protagonistas del corto, en directo.  Así se pasó del celuloide al vivo.  El evento se remató con un coloquio muy interesante donde intervinieron intelectuales comprometidos, además, con la labor que realizamos desde Mensajeros de la Paz, como son Fernando Jáuregui o Cándido Méndez. El tema central: las personas sin hogar y el respeto que se les debe. Mensajeros de la Paz puso especial énfasis durante el coloquio y en boca del padre Ángel, en el respeto y dignidad que se les debe a las personas que viven en la calle o a las que sufren la soledad no deseada. 

“Tenía mi sitio reservado, con mi cartel puesto como si yo fuese una actriz reconocida. Se me saltaron las lágrimas. Además, ver a Nicolás en pantalla… el corazón me iba a mil”


Ana María Brea

Una invitación con deberes

Luis Jiménez, guionista y director de Dos Cincuenta, acudió a Mensajeros para comentar su idea, que fue acogida desde el principio con entusiasmo y ganas de apoyar el proyecto. Luis es un voluntario que participa en el Teléfono dorado y en Los Desayunos de san Antón desde hace tres años y, en la actualidad y después de este primer proyecto, también apoya al departamento de Comunicación. 

Viajero incansable y ávido de nuevas experiencias que tengan que ver con descubrir vidas y mundos distintos a los que estamos acostumbrados, Luis nos confiesa que su idea de Dos Cincuenta: “Se debe a una experiencia curiosa que viví en una cafetería, primero en Katmandú, en Nepal y más tarde en Oviedo, ya en Asturias. Una de las veces, al pedir la cuenta, el camarero me dijo que ya estaba pagada. Me asombré y al preguntarle quién había sido y por qué, el camarero me respondió que la persona que me invitaba tan sólo me había dejado un mensaje: que ese dinero te sirva para hacer una buena obra a personas de la calle que lo necesiten. Ese dinero eran dos euros con cincuenta. Entonces tuve claro que quería desarrollar este concepto en una película, que finalmente ha sido este corto Dos Cincuenta”.

Mensajeros de la Paz puso especial énfasis durante el coloquio y en boca del padre Ángel, en el respeto y dignidad que se les debe a las personas que viven en la calle o a las que sufren la soledad no deseada. 

El corto, realizado en tono documental, lo protagonizan tres personas: Una voluntaria del Teléfono Dorado, Estefanía, un músico callejero, Christian, y un usuario del mismo proyecto que se llama Nicolás, muy conocido por los trabajadores del Teléfono Dorado por ser una de las personas que más llaman, y que padece soledad no deseada. Según Luis, su director, a los tres les une una misma razón: “Todos nos ayudamos, el voluntario les ofrece compañía y los usuarios que la reciben nos hacen ver la vida de otra manera, más positiva y con más valores”, comenta.  

Aunque Luis había hablado en innumerables ocasiones con Nicolás, no le conocía físicamente. “Fui a Vitoria a ponerle cara. Me encontré con una persona que se notaba que vivía sola, pero se mantenía alegre. El Teléfono Dorado, como me decía, es su madre, su padre y su hermana.”

Christian es un músico callejero que Luis descubrió paseando por Madrid. “Terminó de tocar y me presenté. Le dije que estaba haciendo un documental y pensé que podría ser otro de los actores”, comenta Luis. “Cuando accedió pensé que la idea ya estaba en marcha, aunque todavía faltaban muchas cosas para bajar esa idea a tierra”. Luis asegura que necesitaba un par de protagonistas más y para ello no dudó en contactar con Ana María Brea, la directora del Teléfono Dorado, a quien conoce bien porque él ha estado 3 años colaborando con ella. Allí conoció a Estefanía, otra voluntaria que se convertiría en otro de los protagonistas del corto, al decir sí a colaborar en el proyecto. 

Cuando Luis le propuso grabar escenas en el Teléfono, Ana lo recibió con mucha alegría porque el covid les impedía a todos hacer el trabajo presencial y la grabación del documental les supuso a todos reunirse por un rato y volver a verse.  “El primer día de grabación estuve muy nerviosa. No sé quién tenía más nervios si los voluntarios que vinieron ese día, Luis que grababa o yo”, comenta divertida. “Pero la experiencia fue maravillosa. Es un recuerdo que tengo muy presente porque Luis nos unió de nuevo con ese ratito que estuvimos grabando”, cuenta Ana María.

Luis pasó meses grabando en Madrid y en Vitoria hasta que el corto fue tomando forma. Faltaba un broche final … y entonces apareció Franklin, el director de la iglesia de san Antón, que conocía el proyecto de Luis. Franklin le puso en contacto con otra voluntaria de los desayunos, con Esther, porque sabía que ella trabajaba en el mundo el cine. De este encuentro y gracias a la implicación de Esther nació la oportunidad de estrenar el corto y, además, de realizar un evento que vistiera la proyección, en los Cines Ideal de Madrid. 

“Todos nos ayudamos, el voluntario les ofrece compañía y los usuarios que la reciben nos hacen ver la vida de otra manera, más positiva y con más valores”


Luis Jiménez

La Alfombra roja

El día del estreno se realizó un Photocall donde cualquier invitado podía colocarse para ser fotografiado por Consuelo, nuestra voluntaria de comunicación que nos ayuda en la parte gráfica, y tener su foto de recuerdo. Varias voluntarias del Teléfono Dorado acudieron a ayudar en la preparación de los sitios de la sala y procurar que todo el mundo se sintiera cómodo y cuidado. Acudieron al estreno todos los participantes en el corto, un montón de voluntarios y trabajadores de mensajeros y la paz, familiares y amigos de los protagonistas y, por supuesto, muchos de nuestros usuarios desayunos y cenas, que fueron invitados personalmente. 

“Fue muy emotivo, algo para no olvidar. Que mi idea se plasmara en una pantalla. Ese coloquio, esa música, esas ganas de verla… y al final del evento, todo el mundo con esa alegría…”, comenta Luis.

“Tenía mi sitio reservado, con mi cartel puesto con mi nombre, como si yo fuese una actriz reconocida. Se me saltaron las lágrimas. Ver a Nicolás en pantalla… el corazón me iba a mil”, decía Ana María.

El evento fue todo un éxito: ‘Dos Cincuenta’, los músicos, el coloquio… emocionó a todos los presentes. Muchos de ellos formaban parte de la gestión de este proyecto, un gran equipo de personas que han puesto, cada uno a su manera, su grano de arena para que un corto sin presupuesto pudiera ver la luz en uno de los cines emblemáticos de la capital.

Faltan apenas detalles para que el corto pueda subirse al canal de YOUTUBE o a la web de Mensajeros, pero daremos la noticia para que todos los que lo deseen puedan verlo. La intención de su director es hacer un segundo estreno para que lo vea la mayor cantidad de gente posible y así dar voz al mensaje que pretende reflejar ‘Dos Cincuenta’: cómo la solidaridad puede cambiar nuestras vidas.