En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, Mensajeros de la Paz apoya el llamado de la ONU a erradicar no solo la pobreza material, sino también el maltrato social e institucional que afecta a quienes viven en situación de vulnerabilidad. Este año, la ONU destaca la violencia estructural a la que son sometidas las personas en pobreza, marcada por la estigmatización y discriminación social.

El maltrato social, que se refleja en actitudes hostiles y prejuicios hacia las personas pobres, se combina con la violencia institucional, donde se niega el acceso a derechos fundamentales como la atención sanitaria, la educación, la vivienda y la identidad jurídica. Estas barreras impiden a millones de personas mejorar su situación, perpetuando el ciclo de pobreza.

La pobreza no solo es una cuestión económica, sino un fenómeno multidimensional que requiere un enfoque más amplio, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, específicamente el ODS 16, que busca promover sociedades pacíficas, justas e inclusivas. La pobreza es una forma de violencia estructural que mina la autoestima y destruye la dignidad humana, limitando las oportunidades de desarrollo tanto individual como social.

Nuestra organización hace un llamado a la acción colectiva, instando a gobiernos, organizaciones y ciudadanos a trabajar juntos para erradicar no solo la pobreza material, sino también las actitudes y políticas que perpetúan el maltrato social e institucional.

Desde Mensajeros de la Paz reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos y la dignidad de cada persona, promoviendo un futuro más inclusivo y justo, en el que algún día podamos ERRADICAR LA POBREZA.