Desde Mensajeros de la Paz queremos recordar que el 8 de marzo marca un hito en la lucha por los derechos de las mujeres: el Día Internacional de la Mujer. Este día no es solo una celebración, sino un recordatorio de los desafíos que aún enfrentamos en la búsqueda de la igualdad de género. Tal y como dice el lema elegido por la ONU “Invertir en las mujeres” no es solo una cuestión de justicia, invertir en igualdad es un imperativo moral y un problema de derechos humanos. La igualdad de género es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo en todo el mundo.
Según datos de la ONU, desde 2020, 75 millones más de personas han caído en la pobreza, y la acción inmediata es crucial para evitar que más de 342 millones de mujeres y niñas vivan en la pobreza para 2030. Erradicar la pobreza es esencial para garantizar que todas las mujeres tengan acceso a oportunidades y recursos que les permitan alcanzar su máximo potencial.
Sin embargo, para lograr la igualdad de género, también es fundamental implementar una financiación sensible al género. Debemos reconocer que el sistema económico actual afecta desproporcionadamente a las mujeres. Para avanzar hacia la igualdad, debemos transitar hacia una economía verde y una sociedad del cuidado. Esto significa reconocer y valorar el trabajo de cuidado no remunerado que realizan principalmente las mujeres, así como garantizar su participación equitativa en la toma de decisiones económicas y políticas.
Es fundamental aumentar el apoyo a las organizaciones que, como Mensajeros de la Paz, trabajamos para garantizar que las mujeres tengan los recursos necesarios para lograr esa igualdad.
Este 8 de marzo, recordemos el lema «invertir en igualdad». Un mundo mejor es posible, pero solo si trabajamos todas las personas para visibilizar las desigualdades, empoderar a las mujeres y garantizar que tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. Es hora de actuar con justicia y solidaridad para construir un futuro más justo y equitativo.
Es hora de trabajar en todo el mundo por empoderar a las mujeres, para que puedan desafiar y superar estas barreras. Esto significa acceso a educación de calidad, oportunidades laborales y recursos para desarrollar todo su potencial. Cuando las mujeres son empoderadas, no solo mejoran sus propias vidas, sino que también contribuyen al desarrollo y prosperidad de sus comunidades en general.
Es fundamental que hombres y mujeres trabajen juntos en esta lucha, reconociendo que la igualdad de género beneficia a toda la sociedad. Cuando nos unimos en solidaridad, podemos superar los obstáculos y crear un mundo donde todas las personas, independientemente de su género, tengan la oportunidad de prosperar.
Por lo tanto, este 8 de marzo, Mensajeros de la Paz nos seguimos comprometiendo a construir un futuro donde todas las mujeres tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
Un mundo mejor es posible invirtiendo en igualdad.