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25N – Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
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Desde 2002, en Mensajeros de la Paz hemos trabajado incansablemente en la atención a mujeres víctimas de violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja, muchas de ellas acompañadas de sus hijas e hijos. Más de 700 mujeres han encontrado en nuestro recurso un espacio de apoyo y acompañamiento para sanar, recuperarse y reconstruir su vida lejos de la violencia.

El proceso nunca es fácil. Los traumas vividos y la grave vulneración de derechos humanos dejan cicatrices profundas. Cada testimonio nos atraviesa, nos conmueve y nos reafirma en nuestra misión: ser agentes de cambio, guías en el camino hacia una vida libre de maltrato.

Estas mujeres no son víctimas, son supervivientes. Mujeres que transforman su dolor en fuerza y resurgimiento, que se posicionan en una nueva etapa de sus vidas con la firme determinación de ser libres y decidir su propio futuro.

Nuestro compromiso: transformar vidas
En estos años, hemos sido testigos de historias de superación, resiliencia y gratitud. Compartimos con orgullo las palabras de algunas de las mujeres que han pasado por nuestro centro de emergencia:

“No tengo palabras para este equipo, conmigo todas habéis puesto un granito de arena para mi recuperación. Realmente me voy muy muy contenta con el resultado.”

“Hacéis una gran labor y trabajo por la gente. Nunca, aunque lo intentara, podría olvidarlas. Habéis sido mis guías e incluso en algunos altibajos, mis confidentes. ¡Cómo podría olvidar todo eso! Muchísimas gracias por todo y espero que no me olvidéis porque yo no lo haré nunca.”

 “Hasta aquí llegó mi etapa, mejor dicho, el principio de esta etapa en este centro, al que llevaré siempre en mi corazón y jamás olvidaré. Cuánto me arropasteis, cuando más lo necesitaba, cuando creía que mi vida acababa… pero siempre teníais un gesto, una palabra, una mirada para que tirara para adelante.”

Por qué seguimos alzando la voz
Pero no podemos hacerlo solos. Este cambio requiere una acción colectiva:
  • Educación y prevención para erradicar las raíces del problema.
  • Compromiso político y social que garantice recursos adecuados.
  • Visualización y concienciación para que la sociedad no mire hacia otro lado.
En días como hoy, 25 de noviembre, reafirmamos nuestro compromiso. Denunciamos la violencia de género como la grave violación de derechos humanos que es.
Sigamos avanzando hacia un mundo donde ninguna mujer tenga que enfrentar la violencia.

Hoy y siempre, alzamos la voz por ellas.